(Lima, 29 Oct. 2011).- Cualquier actividad humana, ubicada en un lugar determinado, es un sistema y se relacionan con su entorno formando otro sistema superior, de tal manera que las prácticas de explotación que se adopten repercutirán en el propio sistema y en el medio en que se ubican. Que quiero decir con esto, que dado el carácter sistémico del medio, los recursos naturales participan de complejas relaciones insuficientemente conocidas, de tal forma que la utilización de uno de ellos repercute en los demás, esto unido al carácter social y a la irreversibilidad de su aprovechamiento, hacen que se generen conflictos de uso cuya solución requiere un enfoque integrado en el que participen los diferentes intereses implicados.
Cambios en la cultura, en la información, en la tecnología y en la demanda, hacen que algo que no era útil o escaso en un momento determinado, pueda serlo en otro, adquiriendo así la condición de recurso: muchos minerales como el petróleo, hierro, solo alcanzaron el carácter de recurso cuando se descubrió la tecnología para extraerlos y para convertirlos en herramientas, materia prima o energía, y viceversa, los animales de tiro, han visto desvalorizada su condición de recurso por la mecanización agrícola, la leña sustituida en muchos sitios por combustibles fósiles, así mismo la cantidad, disponible, la accesibilidad y la calidad de un recurso varían en el espacio.
Vemos pues, que son significativos los cambios que valorizan los antes mencionados nuevos recursos. El espacio abierto, el paisaje bello, la biodiversidad, vistas hermosas, el aire puro (muy difícil encontrarlo hoy), el esplendor de una puesta de sol, etc., han adquirido la condición de recursos económicos, aunque sea difícil o imposible atribuirles un valor monetario o material, en la medida en que se va creando una conciencia de escasez, no tanto por la cantidad, pues muchos de ellos son inagotables y accesibles a toda la población cuanto por la pérdida de calidad.
Por otro lado, las interacciones entre los recursos ambientales o naturales, el limitado conocimiento de estas interacciones, la imposibilidad de reproducción por el hombre que solo puede sustituirlos y no siempre por otros, y el hecho de que frecuentemente su uso tiene consecuencias irreversibles, provoca conflictos de aprovechamiento entre destinos alternativos, conflicto que se complica porque tal aprovechamiento comporta ventajas y desventajas de diferente entidad para los agentes directamente implicados, los cuales repercuten sobre otros agentes con distinta capacidad de participación e intervención.
Más aún, el carácter social de muchos recursos y la responsabilidad pública de ellos, supone que en las decisiones que les afectan, se mezclen criterios de muy diversa índole: técnicos, sociales, económicos, culturales, jurídicos y políticos con diferente peso según momento y lugar, y por ello de difícil objetivación, lo que es a su vez fuente de conflictos.
La propiedad de los recursos naturales también genera conflictos. Dentro de estas distinguimos a la propiedad privada: que por muchos economistas ambientales consideran como la forma más eficiente de asignación de recursos, pero que también tropieza con tres tipos de problemas los cuales expresan que muchos de los recursos no pueden o no deben ser objeto de propiedad privada por la imposibilidad de gestionar tal derecho adecuadamente y a coste razonable, que generan externalidades y que produce un conflicto entre el interés del propietario y el de la sociedad.
La propiedad común: o propiedad de un grupo o comunidad en el que todos los individuos tienen derecho a utilizar el recurso de tal manera que el resto de la comunidad también pueda servirse de él, es un sistema propio de sociedades rurales caracterizadas por una dependencia de los recursos comunes y por un inmovilismo socioeconómico, que deja de funcionar en épocas de penuria o cuando incentivos de crecimiento económico estimulan el interés personal.
Y el otro, es la propiedad estatal: se basa en el hecho de que el estado es socialmente neutral y persigue el bienestar global de la sociedad, claro que sería un sistema eficiente si no fuera porque resulta distorsionado por el interés de permanecer en el poder de los grupos que controlan el gobierno con artificios paralelos a la legalidad o por otro lado las dificultades de controlar las decisiones e incapacidad en los llamados democráticos. Este artículo es de reflexión y concienciación, sobre todo relacionado con la nueva ley aprobada de consultas previas y que al reglamentarla logren ser iluminados y traten de no fragmentar los problemas ambientales, dejen de lado eso de que es solo para los nativos y andinos, Las consultas previas significan contenido y alcance de cualquier proyecto, son para todos los ámbitos y se le considera como una fase administrativa del instrumento de prevención Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), previa al documento técnico Estudio de Impacto Ambiental (ESIA).
Cambios en la cultura, en la información, en la tecnología y en la demanda, hacen que algo que no era útil o escaso en un momento determinado, pueda serlo en otro, adquiriendo así la condición de recurso: muchos minerales como el petróleo, hierro, solo alcanzaron el carácter de recurso cuando se descubrió la tecnología para extraerlos y para convertirlos en herramientas, materia prima o energía, y viceversa, los animales de tiro, han visto desvalorizada su condición de recurso por la mecanización agrícola, la leña sustituida en muchos sitios por combustibles fósiles, así mismo la cantidad, disponible, la accesibilidad y la calidad de un recurso varían en el espacio.
Vemos pues, que son significativos los cambios que valorizan los antes mencionados nuevos recursos. El espacio abierto, el paisaje bello, la biodiversidad, vistas hermosas, el aire puro (muy difícil encontrarlo hoy), el esplendor de una puesta de sol, etc., han adquirido la condición de recursos económicos, aunque sea difícil o imposible atribuirles un valor monetario o material, en la medida en que se va creando una conciencia de escasez, no tanto por la cantidad, pues muchos de ellos son inagotables y accesibles a toda la población cuanto por la pérdida de calidad.
Por otro lado, las interacciones entre los recursos ambientales o naturales, el limitado conocimiento de estas interacciones, la imposibilidad de reproducción por el hombre que solo puede sustituirlos y no siempre por otros, y el hecho de que frecuentemente su uso tiene consecuencias irreversibles, provoca conflictos de aprovechamiento entre destinos alternativos, conflicto que se complica porque tal aprovechamiento comporta ventajas y desventajas de diferente entidad para los agentes directamente implicados, los cuales repercuten sobre otros agentes con distinta capacidad de participación e intervención.
Más aún, el carácter social de muchos recursos y la responsabilidad pública de ellos, supone que en las decisiones que les afectan, se mezclen criterios de muy diversa índole: técnicos, sociales, económicos, culturales, jurídicos y políticos con diferente peso según momento y lugar, y por ello de difícil objetivación, lo que es a su vez fuente de conflictos.
La propiedad de los recursos naturales también genera conflictos. Dentro de estas distinguimos a la propiedad privada: que por muchos economistas ambientales consideran como la forma más eficiente de asignación de recursos, pero que también tropieza con tres tipos de problemas los cuales expresan que muchos de los recursos no pueden o no deben ser objeto de propiedad privada por la imposibilidad de gestionar tal derecho adecuadamente y a coste razonable, que generan externalidades y que produce un conflicto entre el interés del propietario y el de la sociedad.
La propiedad común: o propiedad de un grupo o comunidad en el que todos los individuos tienen derecho a utilizar el recurso de tal manera que el resto de la comunidad también pueda servirse de él, es un sistema propio de sociedades rurales caracterizadas por una dependencia de los recursos comunes y por un inmovilismo socioeconómico, que deja de funcionar en épocas de penuria o cuando incentivos de crecimiento económico estimulan el interés personal.
Y el otro, es la propiedad estatal: se basa en el hecho de que el estado es socialmente neutral y persigue el bienestar global de la sociedad, claro que sería un sistema eficiente si no fuera porque resulta distorsionado por el interés de permanecer en el poder de los grupos que controlan el gobierno con artificios paralelos a la legalidad o por otro lado las dificultades de controlar las decisiones e incapacidad en los llamados democráticos. Este artículo es de reflexión y concienciación, sobre todo relacionado con la nueva ley aprobada de consultas previas y que al reglamentarla logren ser iluminados y traten de no fragmentar los problemas ambientales, dejen de lado eso de que es solo para los nativos y andinos, Las consultas previas significan contenido y alcance de cualquier proyecto, son para todos los ámbitos y se le considera como una fase administrativa del instrumento de prevención Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), previa al documento técnico Estudio de Impacto Ambiental (ESIA).
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