(Lima, 14 Set. 2011).- Denuncias de corrupción en el sector pesquero como la hecha por el Ministro de la Producción Kurt Burneo solo son posibles cuando el Titular del Pliego y su equipo de trabajo son técnicos independientes y sin ningún vínculo comercial o financiero con la industria pesquera.
Durante décadas el sector pesquero ha sido dirigido, manipulado o influido por una industria pesquera que poco ha aportado al país como lo demuestra su contribución por impuesto a la renta de tercera categoría y derechos de pesca.
Lo que el sector necesitaba es un gobierno comprometido con la Nación, con el pueblo, con los pescadores artesanales, como viene demostrando la actual administración.
Las evidencias y las cifras demuestran que la pesquería en el Perú ha sido negocio de pocos y pérdida para la Nación. Más allá de la propaganda mediática sobre crecimiento de exportaciones y un relativo aporte de empleo, la verdad es que el país jamás participó adecuadamente de la riqueza de su pesquería.
Si en esta administración, se permite que un empresario pesquero o quien tenga intereses relacionados con la industria pesquera ocupe la cartera de Producción, la reforma del sector estaría condenada y la Gran Transformación ofrecida por el Presidente de la República sería inaplicable, así como la inclusión social de los pescadores artesanales.
La esperanza de todo el sector pesquero artesanal y de las grandes mayorías del país están puestas en el Presidente Ollanta, quien ha asumido un compromiso con la Nación antes de imaginar siquiera que el sector Producción vuelva a estar a en manos de quienes jamás hicieron algo de fondo por la pesca y el país.
Miles de pescadores artesanales esperan de este Gobierno acciones concretas en beneficio de su inclusión social, lo cual solo es posible con un Ministro comprometido con el país y los pescadores, antes que con los intereses de una industria, tributariamente poco aportante pero sí sensiblemente contaminante del medio ambiente y altamente impactante de nuestro ecosistema marino, sin que el país sea debidamente compensado por la extracción de recursos naturales que realiza.
Durante décadas el sector pesquero ha sido dirigido, manipulado o influido por una industria pesquera que poco ha aportado al país como lo demuestra su contribución por impuesto a la renta de tercera categoría y derechos de pesca.
Lo que el sector necesitaba es un gobierno comprometido con la Nación, con el pueblo, con los pescadores artesanales, como viene demostrando la actual administración.
Las evidencias y las cifras demuestran que la pesquería en el Perú ha sido negocio de pocos y pérdida para la Nación. Más allá de la propaganda mediática sobre crecimiento de exportaciones y un relativo aporte de empleo, la verdad es que el país jamás participó adecuadamente de la riqueza de su pesquería.
Si en esta administración, se permite que un empresario pesquero o quien tenga intereses relacionados con la industria pesquera ocupe la cartera de Producción, la reforma del sector estaría condenada y la Gran Transformación ofrecida por el Presidente de la República sería inaplicable, así como la inclusión social de los pescadores artesanales.
La esperanza de todo el sector pesquero artesanal y de las grandes mayorías del país están puestas en el Presidente Ollanta, quien ha asumido un compromiso con la Nación antes de imaginar siquiera que el sector Producción vuelva a estar a en manos de quienes jamás hicieron algo de fondo por la pesca y el país.
Miles de pescadores artesanales esperan de este Gobierno acciones concretas en beneficio de su inclusión social, lo cual solo es posible con un Ministro comprometido con el país y los pescadores, antes que con los intereses de una industria, tributariamente poco aportante pero sí sensiblemente contaminante del medio ambiente y altamente impactante de nuestro ecosistema marino, sin que el país sea debidamente compensado por la extracción de recursos naturales que realiza.
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