Incertidumbre inversora sobre Perú

Por: César Gutiérrez Peña

(Lima, 24 Jun. 2011).- Si los ganadores de la justa electoral del pasado 5 de Junio, creen que la confianza ya se ha restablecido, por el comportamiento equilibrado durante dos semanas del presidente electo, habrá que decirles, que no es así. Hay expectativa por las señales que empiece a dar en los días que siguen. Los inversores con proyectos en marcha han continuado, mientras que los que iban a tomar decisiones se han abstenido hasta que tengan clara la orientación que tome. Pero del raciocinio va más allá de esta perogrullada, pues la agudeza analítica de los que arriesgan capital fuera de sus países, es mayor de lo que muchos piensan.

El análisis parte de una premisa, han sido las provincias que se han impuesto sobre Lima, principalmente aquellas donde se encuentras los recursos naturales, que son el gran atractivo para las industrias extractivas, motor de las exportaciones peruanas, pues aún seguimos siendo primario exportadores.

En este orden de ideas no basta que Ollanta Humala, pueda ser capturado por una dirigencia empresarial acantonada en la capital. Sus electores han votado por un cambio y va tener que dárselo, pues el apoyo de los poderes fácticos, será moneda feble ante las bases sociales, que hoy en día tienen mucho mayor grado de influencia ciudadana; más aún cuando es una masa dispersa con liderazgos regionales que no tienen antagonistas en el terreno político de la calle, a los que no se les puede someter como antaño con la fuerza pública, salvo que se esté dispuesto a producir una carnicería.

En la mirada extranjera ven como inevitable: el impuesto a las sobreganancias mineras o en su defecto un incremento de royalties, la negociación del contrato de explotación de gas natural con fines de exportación, el incremento del sueldo mínimo y el programa Pensión 65, para los mayores de 65 años.

Dos son las incógnitas que se plantean sobre estas decisiones inexorables: ¿cuál es la cuantía que dejará satisfecha a los que eligieron al comandante? y ¿cuánto se demorará en implementarlas? Cuando se tengan estas respuestas, las decisiones de inversión, que hasta hace poco fluían sin dudas, retornarán. Los ilusos que piensan que convirtiendo al nuevo presidente todo volverá a la normalidad, están equivocados, vivimos otra era.

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