(Lima, Perú).- Si físicamente la economía es un subsistema del sistema planetario, que es finito, cerrado y no puede crecer materialmente, el límite máximo de crecimiento económico está identificado por la incorporación del 100 por ciento del ecosistema terrestre (ya que el crecimiento económico se hace mediante la incorporación de los recursos ambientales).
Entonces pues, debemos ayudar a reflexionar cuidadosamente cuando se expresan, mas de buena voluntad que de conocimiento con el termino crecimiento sostenido que aplicado a la economía es contradictorio, dentro de un sistema finito que no crece (crecimiento medido en términos físicos, que es diferente del crecimiento material, medido en términos monetarios sobre el valor añadido), debería ser rechazado porque induce a error. El término, Desarrollo Sostenible o Ambientalmente Viable, es mucho más apto por su profundo significado de transformación estructural y de evolución cualitativa de los sistemas estables, sin necesidad de crecimiento, que se pueden mantener durante largos periodos de tiempo.
Hablar de Desarrollo Económico, es mucho más que crecimiento económico, en primer lugar, el crecimiento material indefinido es imposible dentro de un sistema ambiental finito que muestra evidentes limites ecológicos. En segundo lugar el desarrollo económico exige transformaciones estructurales y cambios cualitativos destinados a ajustar la velocidad de los procesos económicos ya mejorar el bienestar de las personas sin destruir la naturaleza.
La transformación estructural y los aspectos cualitativos, que han sido los elementos que tradicionalmente han diferenciado al desarrollo del crecimiento, se refuerzan ahora con los nuevos criterios ligados a la sostenibilidad ambiental. Mientras que crecer significa aumentar de tamaño con adición, o asimilación de material, Desarrollar significa expandir potencialidades, llegar gradualmente a un estado más completo mayor o mejor. En sentido figurativo, Desarrollar es hacer pasar una cosa de orden físico intelectual o moral por una serie de estados sucesivos, cada uno de ellos más perfecto o más complejo que el anterior. Si el ecosistema terrestre se desarrolla (evoluciona) pero no crece, el subsistema económico insertado en el, finalmente tendrá que dejar de crecer, pero puede seguirse desarrollando.
La medición de la felicidad, el bienestar y el desarrollo no pueden reflejarse solamente a través de las tasas de incremento de la producción medidas por el indicador predominante y largamente venerado del Producto Bruto Interno. Los valores económicos amparados en el predominio del lenguaje economicista empiezan a ponerse en tela de juicio y cada vez mas van a estar condicionados a otros valores éticos, sociales, políticos y sobre todo ambientales. No se puede entender el desarrollo como simple crecimiento ni como etapa finalista, sino como un proceso de cambios cualitativos y transformaciones de las estructuras económicas, sociales y políticas, en armonía con los sistemas naturales. Un proceso continuo que tiene por eje central la liberación individual y social, cuyos objetivos básicos son satisfacer las necesidades humanas, aumentar el bienestar y mejorar las condiciones y calidad de vida de forma perdurable.
El predominio económico, ha hecho olvidar las dimensiones social, ambiental y cultural del desarrollo. Desde luego, ninguna de ellas puede separarse de la propia dimensión económica, porque a todas luces es necesario adoptar definitivamente un enfoque integral del desarrollo. Enfoque que por supuesto, parte de una visión global del problema, pero que debe reconocer sistemáticamente las diferencias y particularidades de cada región, de cada población y de cada entorno ecológico.
Y cuidado con esa economía desenfrenada, confiada que posteriormente provoca un endeudamiento externo agobiante, o bien genera un derroche de recursos financieros por falta de condiciones democráticas para implementar proyectos de desarrollo, o bien induce a varios desequilibrios internos socioeconómicos y culturales, debido a que la población rechaza o no se implica en los planes de desarrollo proyectados desde la orientación económica y financiera, cuando no provoca graves impactos ambientales por utilización de técnicas foráneas que no se adaptan a las condiciones locales del entorno natural.
Culmino, con una interrogante ¿Hasta qué punto es moralmente aceptable e incluso económicamente viable que la satisfacción de las necesidades de las futuras generaciones se consiga a costa del sacrificio de las generaciones presentes y especialmente de las sociedades más desfavorecidas?
Entonces pues, debemos ayudar a reflexionar cuidadosamente cuando se expresan, mas de buena voluntad que de conocimiento con el termino crecimiento sostenido que aplicado a la economía es contradictorio, dentro de un sistema finito que no crece (crecimiento medido en términos físicos, que es diferente del crecimiento material, medido en términos monetarios sobre el valor añadido), debería ser rechazado porque induce a error. El término, Desarrollo Sostenible o Ambientalmente Viable, es mucho más apto por su profundo significado de transformación estructural y de evolución cualitativa de los sistemas estables, sin necesidad de crecimiento, que se pueden mantener durante largos periodos de tiempo.
Hablar de Desarrollo Económico, es mucho más que crecimiento económico, en primer lugar, el crecimiento material indefinido es imposible dentro de un sistema ambiental finito que muestra evidentes limites ecológicos. En segundo lugar el desarrollo económico exige transformaciones estructurales y cambios cualitativos destinados a ajustar la velocidad de los procesos económicos ya mejorar el bienestar de las personas sin destruir la naturaleza.
La transformación estructural y los aspectos cualitativos, que han sido los elementos que tradicionalmente han diferenciado al desarrollo del crecimiento, se refuerzan ahora con los nuevos criterios ligados a la sostenibilidad ambiental. Mientras que crecer significa aumentar de tamaño con adición, o asimilación de material, Desarrollar significa expandir potencialidades, llegar gradualmente a un estado más completo mayor o mejor. En sentido figurativo, Desarrollar es hacer pasar una cosa de orden físico intelectual o moral por una serie de estados sucesivos, cada uno de ellos más perfecto o más complejo que el anterior. Si el ecosistema terrestre se desarrolla (evoluciona) pero no crece, el subsistema económico insertado en el, finalmente tendrá que dejar de crecer, pero puede seguirse desarrollando.
La medición de la felicidad, el bienestar y el desarrollo no pueden reflejarse solamente a través de las tasas de incremento de la producción medidas por el indicador predominante y largamente venerado del Producto Bruto Interno. Los valores económicos amparados en el predominio del lenguaje economicista empiezan a ponerse en tela de juicio y cada vez mas van a estar condicionados a otros valores éticos, sociales, políticos y sobre todo ambientales. No se puede entender el desarrollo como simple crecimiento ni como etapa finalista, sino como un proceso de cambios cualitativos y transformaciones de las estructuras económicas, sociales y políticas, en armonía con los sistemas naturales. Un proceso continuo que tiene por eje central la liberación individual y social, cuyos objetivos básicos son satisfacer las necesidades humanas, aumentar el bienestar y mejorar las condiciones y calidad de vida de forma perdurable.
El predominio económico, ha hecho olvidar las dimensiones social, ambiental y cultural del desarrollo. Desde luego, ninguna de ellas puede separarse de la propia dimensión económica, porque a todas luces es necesario adoptar definitivamente un enfoque integral del desarrollo. Enfoque que por supuesto, parte de una visión global del problema, pero que debe reconocer sistemáticamente las diferencias y particularidades de cada región, de cada población y de cada entorno ecológico.
Y cuidado con esa economía desenfrenada, confiada que posteriormente provoca un endeudamiento externo agobiante, o bien genera un derroche de recursos financieros por falta de condiciones democráticas para implementar proyectos de desarrollo, o bien induce a varios desequilibrios internos socioeconómicos y culturales, debido a que la población rechaza o no se implica en los planes de desarrollo proyectados desde la orientación económica y financiera, cuando no provoca graves impactos ambientales por utilización de técnicas foráneas que no se adaptan a las condiciones locales del entorno natural.
Culmino, con una interrogante ¿Hasta qué punto es moralmente aceptable e incluso económicamente viable que la satisfacción de las necesidades de las futuras generaciones se consiga a costa del sacrificio de las generaciones presentes y especialmente de las sociedades más desfavorecidas?
0 comentarios:
Publicar un comentario