Por: César Gutiérrez Peña(Lima, 8 Jun. 2011).- Celebraciones cortísimas son la que tendrá el presidente electo, Ollanta Humala, los mercados asimilan la desconfianza, hecho inexorable, pues el verbo inflamado de hace cinco años, queda en el registro histórico y el nuevo look de traje y corbata, aún no ha convencido a inversionistas y financistas, lo cual va ir amainando si es que se dan señales concretas para transmitir confianza.
Tres son las tareas prioritarias: nombramiento del premier, y los titulares de las carteras de Economía y Finanzas y Energía y Minas, desde donde se manejarán los temas más controvertidos.
La segunda, es el mensaje de asunción de mando con las primeras medidas legislativas que se enviarán al Congreso, para su debate. La tercera, un gesto de grandeza, la actitud sobre el régimen carcelario de Alberto Fujimori, un endurecimiento como lo van a exigir las hordas caudinas, en lugar de ir a la búsqueda de una reconciliación nacional como clama Mario Vargas Llosa, tomará el rumbo de la ruptura con una oposición nada desdeñable, como lo es la bancada de “fujimorista” con 37 curules de 130 existentes, en el congreso de la república.
En todos los temas señalados habrá un tira y afloje muy intenso; donde los apoyos primigenios y los de la hora nona, van a reclamar su cuota de poder, por más que declaren a la prensa que no aspiran a nada y que son poco menos, que Teresa de Calcuta.
El mayor problema que va afrontar en el corto plazo y que ya lo empezó a vivir al día siguiente de la elección, es la caída de la bolsa y una corrida bancaria. Esto va ejercer una gran presión para la pronta designación de los tres ministros indicados. Producto final será, para calmar al gran capital, no le va quedar sino nombrar a personas con buenas relaciones con los mercados. La consecuencia va ser el descontento del ala radical, que de hecho expresará su desacuerdo, aquí pueden producirse deserciones importantes, el arte del comandante será la práctica del malabarismo sobre el alambre sin red, en tres funciones continuadas. Solo hay dos posibilidades: o sale victorioso como los grandes o sufre una caída, cuyas lesiones pueden tener grados de complejidad impredecibles.
Tres son las tareas prioritarias: nombramiento del premier, y los titulares de las carteras de Economía y Finanzas y Energía y Minas, desde donde se manejarán los temas más controvertidos.
La segunda, es el mensaje de asunción de mando con las primeras medidas legislativas que se enviarán al Congreso, para su debate. La tercera, un gesto de grandeza, la actitud sobre el régimen carcelario de Alberto Fujimori, un endurecimiento como lo van a exigir las hordas caudinas, en lugar de ir a la búsqueda de una reconciliación nacional como clama Mario Vargas Llosa, tomará el rumbo de la ruptura con una oposición nada desdeñable, como lo es la bancada de “fujimorista” con 37 curules de 130 existentes, en el congreso de la república.
En todos los temas señalados habrá un tira y afloje muy intenso; donde los apoyos primigenios y los de la hora nona, van a reclamar su cuota de poder, por más que declaren a la prensa que no aspiran a nada y que son poco menos, que Teresa de Calcuta.
El mayor problema que va afrontar en el corto plazo y que ya lo empezó a vivir al día siguiente de la elección, es la caída de la bolsa y una corrida bancaria. Esto va ejercer una gran presión para la pronta designación de los tres ministros indicados. Producto final será, para calmar al gran capital, no le va quedar sino nombrar a personas con buenas relaciones con los mercados. La consecuencia va ser el descontento del ala radical, que de hecho expresará su desacuerdo, aquí pueden producirse deserciones importantes, el arte del comandante será la práctica del malabarismo sobre el alambre sin red, en tres funciones continuadas. Solo hay dos posibilidades: o sale victorioso como los grandes o sufre una caída, cuyas lesiones pueden tener grados de complejidad impredecibles.
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