Los constructores del “Sí” y del “No” de la revocatoria municipal de Lima

Por: César Gutiérrez Peña, UTILITIES PERU

(Lima, Perú).- Marzo es el mes fijado para la consulta popular que determinará si la alcaldesa de Lima Metropolitana, Susana Villarán, se queda a terminar su mandato o liará bártulos, para retornar a sus tareas de activista social. Los promotores de su partida y sus defensores, ya han bajado la bandera a cuadros dando la largada a la campaña en defensa de sus particulares posiciones.

La autoridad edil empieza en desventaja a decir de las encuestas que se publican, así lo ha asimilado y ha armado a su entender un “dream team” de la campaña por el NO, donde destaca el nombre del gaucho-carioca, Felipe Belisario Wermus, que se hace llamar con el nombre de batalla de Luis Favre.

En la vereda opuesta, promotor del SI, don Marco Tulio Gutiérrez, cuyo nombre ha sido bastante trajinado en prensa y de mala manera, por las huestes “villaranistas” y sus extraños aliados de turno, que en esta oportunidad no son sus amigos, los radicales de izquierda, sino que nada menos provienen de las patronales empresariales, como les llamaban antes los hoy oficialistas.

Al inicio de la carrera el tema puesto en el tapete es una gran interrogante: ¿quiénes son las financistas de cada una de las escuderías? Desde que se confirmó la procedencia de la revocatoria, don Marco Tulio ha sido puesto en el asador. Se le ha interceptado telefónicamente, sin que nadie se pregunte ¿quién lo hace? Más aun, nadie se indigne anta tal invasión a la privacidad. Y en base a ello, se ha puesto como gran titiretero tras bambalinas, con tesorería incluida, al burgomaestre anterior; Luis Castañeda Lossio. Si fuera así no hay porque sorprenderse, es parte del juego político, donde la compulsa no se da entre vestales. Sorprende la rasgadura de vestiduras, más aun viniendo de periodistas políticos, que como dicen en criollo conocen las de Kico y Caco.

El dedo acusador pertenece a los defensores de la alcaldesa, pero ahora se ponen a mirar el cielo y silbar, cuando les preguntan ¿quién le paga a Favre? Sinceremos las cosas, no hay campaña sin dinero, los operadores por más que digan que lo hacen “ad honorem”, su afirmación es nada creíble. Pero no solo se trata de pago a personas, sino que el despliegue mediático y la movilización tiene costo, que en estos tiempos no bajan de  cifras en billetes verdes que llevan seis ceros. No vengan a tomarnos de tontos, que con almuerzos y rifas se puede afrontar tal tarea.

La hipocresía tiene que ser depuesta, en ambos bandos hay financiamiento, lo importante sería saber el nombre o la razón social de los benefactores, sería un primer paso de madurez política. Los mecenazgos en estas épocas ya no existen, ni el amor al arte tampoco, no vemos en este terreno a un Miguel Ángel, ni Capilla Sixtina que pintar. Hoy estamos en una sociedad donde todo se maneja por la relación beneficio-costo.

No hay que ser muy zahorí para darse cuenta que más de una empresa constructora alimenta la cajas de campaña. No tendría nada malo, lo que sería censurable es que se haga a costa de privilegios en su relación con la municipalidad. Es la oportunidad de ser transparentes, no es nada difícil que el Jurado Nacional de Elecciones, tome los servicios de una empresa especialista en estudios cuantitativos y vaya entregando periódicamente reportes públicos, sobre el gasto de campaña de las fuerzas en disputa, la que debe ser contrastada con las declaraciones que hacen los movimientos políticos. Si esto se hace, difícilmente se podrá escamotear el origen de los fondos utilizados. Si nos creemos globalizados seámoslo también en el aspecto electoral, estoy seguro que más de un virginal se va sonrojar.

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