(Lima, 10 Feb. 2011).- El revuelo político que se ha producido por los Decretos de Urgencia, promulgados recientemente por el gobierno del presidente García, era previsible. Dado el millaje de recorrido que tiene nuestro mandatario, es obvio que lo tenía bien presente cuando los firmó.Para los suspicaces a “full time”, caben hasta dos lecturas: pretensión de cerrar acuerdos comerciales antes de la retirada, que se dará en menos de seis meses, es lo que verán los políticos de análisis ligero y denuncia rápida; o provocación para ocupar espacios mediáticos, mientras trabaja soterradamente algo de mayor trascendencia, conjeturarán los zahoríes. Artículo completo
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